Uno de los aspectos fundamentales en educación infantil es la de aprender a mirar, los alumnos descubren por primera vez muchas cosas que dejarán en ellos una impronta y a través de la curiosidad, se abrirán de forma espontánea al conocimiento.
En Erain Txiki aprovechamos esta capacidad para introducir el arte en el aula, área fundamental para desarrollar su creatividad y su capacidad de observar el mundo que les rodea.
Con este proyecto introducimos proyectos de innovación educativa que encuentran su cauce natural en clase.
El aprendizaje en Erain Txiki es trilingüe y se realiza a través de tres idiomas desde edades tempranas: el inglés, el euskera y el castellano. En esta actividad el proyecto se ha realizado en euskera.
Cada trimestre se proponen varios artistas que van ser el hilo conductor para enseñar a los niños contenidos curriculares, por medio de sus obras. La mayoría de los son autores de arte contemporáneo del S.XX.
Durante este trimestre los alumnos han trabajado:
Los de tres años, el arte rupestre, que se presenta como el reconocimiento de las primeras expresiones artísticas. Los alumnos estamparon con esponjas algunas huellas. Nos sirvió para enseñarles que en el ser humano desde el principio de los tiempos hay un anhelo por materializar algo que es trascendente.
A través de la obra “El grito” del artista noruego Edvard Munch, hemos enseñado a los alumnos a reconocer un estado emocional: el miedo. Empleamos la rutina de pensamiento “Veo – pienso – me pregunto”, lo que les permitió explicar cómo se sentían e identificar la emoción principal transmitida por el cuadro. Capturamos una foto de cada alumno representando esta emoción. En esta ocasión, hemos introducido en el aula proyectos de innovación pedagógica como TBL (Aprendizaje Basado en el Pensamiento) y el proyecto para identificar las emociones.
La tercera obra fue de la polifacética artista suiza Sophie Taeuber-Arp con “Composición con puntos y líneas”. El objetivo pedagógico fue identificar formas geométricas en sus cuadros, pintando círculos y líneas. Se acompañó la actividad de música clásica que facilita la educación de la sensibilidad artística.
Y, por último, trabajamos con una obra de Paul Klee, el conocido “Elmer“, que es un elefante compuesto de múltiples cuadros. Es una obra llena de color que fascina a los más pequeños, ya que en ella se exploran formas geométricas.
Para los alumnos de cuatro años se seleccionaron obras de Sophie Taeuber Arp, Paul Klee y Henri Matisse. Del mismo modo que con los alumnos de tres años las obras propuestas les ayudaron a identificar formas geométricas, a inventar el título para un cuadro, o discriminar colores. Las obras han sido: “Quatre espacs á cecles rouges roulants”, ”Gato y pájaro” y finalmente “Gato pescando pez rojo” . Con este cuadro la motricidad fina fue la protagonista ya que debían recortar múltiples peces de color naranja y pegarlos en una pecera.
Y por último con los mayores del colegio nos hemos elegido dos autores: Pietr Mondrian y Pablo Picasso.
Nos detenemos un poco en la obra emblemática de Pablo Picasso: “El Guernica”
La metodología es la siguiente: Se presenta al artista y su estilo y se adapta a la comprensión de los niños.
Se les proporcionaron distintos materiales: pintura de dedo, papel, cartulina, ceras etc. Para que puedan experimentar con distintas texturas. Como esta obra es compleja, la profesora les dirige y retoma la rutina de pensamiento “Veo- pienso- me pregunto”, esta rutina favorece el pensamiento crítico, ayuda a la reflexión.
A través de esta actividad, se ayuda a los alumnos a desarrollar la creatividad y la imaginación, descubriendo que a través de un autor son capaces de crear cosas nuevas y expresar el rico mundo interior que llevan dentro.
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