En Erain Txiki ofrecemos a las familias un entorno seguro donde los alumnos reciben una formación de calidad, facilitando además la conciliación de la vida laboral y familiar. Sin embargo, la escolarización en los primeros años no es beneficiosa solo por la conciliación, sino, sobre todo, por el impacto positivo en el desarrollo de los niños.
Incorporarse a la vida escolar desde una edad temprana aporta múltiples ventajas. No se trata solo de una opción para quienes trabajan, sino de una oportunidad para el crecimiento de los más pequeños. Si uno de los progenitores no trabaja, la jornada escolar puede adaptarse, pero, en cualquier caso, la experiencia resulta enriquecedora para el niño.
Para aclarar dudas y desmontar mitos sobre este tema, hemos hablado con las tutoras de las aulas de cunas, uno y dos años. Las tres coinciden en señalar que el primer gran beneficio de la escolarización temprana es la socialización. Los niños disfrutan al estar con otros niños, y este contacto les ayuda a compartir, esperar turnos y gestionar la atención de la profesora. No solo comparten juguetes, sino que aprenden a abrirse al mundo, superando poco a poco el individualismo propio de los primeros años.
Además, el colegio les proporciona experiencias de aprendizaje que despiertan su curiosidad, clave para el desarrollo intelectual. En un entorno seguro y afectuoso como el de Erain Txiki, los niños se sienten como en casa, estableciendo vínculos tanto con sus profesoras como con sus compañeros. Contamos con espacios amplios donde pueden desarrollar su motricidad mediante el arrastre, el gateo y las primeras carreras.
El establecimiento de rutinas es otro aspecto fundamental, ya que facilita la adquisición de hábitos esenciales como la higiene, el sueño y la alimentación, contribuyendo al bienestar del niño.
Cuando finaliza la baja por maternidad, muchas familias buscan un lugar de confianza donde dejar a sus hijos. En Erain Txiki, el aula de cunas es la joya de la corona: con horarios flexibles y una atención personalizada, nos adaptamos a la singularidad de cada alumno, brindándoles el cuidado y la comunicación fluida que necesitan para crecer seguros y felices.
Con el paso de los cursos, se observa cómo las bases asentadas en los primeros años florecen. En el aula de un año, los niños empiezan a desarrollar mayor autonomía y atención, y en el aula de dos años se produce la explosión del lenguaje, fruto del trabajo previo. Además, aprovechamos esta etapa en la que la adquisición de nuevos idiomas es más sencilla para iniciarles en distintas lenguas.
En definitiva, la escolarización temprana en Erain Txiki no solo facilita la conciliación familiar, sino que sienta las bases para un desarrollo integral en un entorno afectuoso y estimulante.
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